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José Barta

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Familia, insolvencia y desahucio

5 noviembre 2012

Familia, insolvencia y desahucio

José Barta; 5 de noviembre 2012
Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a una charla de Gustavo Entrala, CEO de la Agencia 101, sobre un tema que podría resumirse con la expresión “el Futuro del Mundo está en tus manos”, conclusión que sustentaba en las escasa capacidad que las personas, que habitamos el Planeta, tenemos a la hora de predecir el futuro.
Es esta una afirmación que chirria en lo más profundo de mi cabeza, dada la actividad a la que me dedico, de la que el elemento “profético” no resulta irrelevante.
Me he vanagloriado en ocasiones de mi capacidad para adelantar las distintas crisis que hemos sufrido desde el año 82, en nuestro país, analizando sus orígenes y consecuencias. Y he acertado más que la mayoría, con predicciones publicadas en cada circunstancia que lo demuestran.
A pesar de ello, los grandes giros que el mundo ha experimentado me han asaltado por sorpresa, como la caída del comunismo en Europa del Este, la realidad de internet, etc. En este sentido tengo que dar la razón a Gustavo Entrala, lo que me permite, al tiempo, no descartar a priori mi posible influencia en la transformación de un futuro que se nos presenta cada vez más ajeno a los deseos de las personas corrientes, de los usuarios del transporte público.
A pesar del aparente desinterés, incluso desprecio, que puedan tener para mis propuestas los “detentatarios del poder político y económico” de nuestro país, he decidido exponerlas a la luz pública, y animo a hacerlo también a mis lectores, primero porque de esta forma se enriquecerán con las aportaciones de los demás, en segundo lugar porque servirán para contrarrestar el “mensaje de pensamiento único” que desean imponer los poderosos, en tercer lugar…animo al lector a iniciar este “ejercicio de aportación” de otros motivos.
Llevo más de cuatro años insistiendo en la necesaria regulación legal de la “quiebra” o “insolvencia familiar”.
El pasado viernes, dos de noviembre, tras el correspondiente Consejo de Ministros, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en su comparecencia habitual, anunció la creación de un grupo de trabajo compuesto por varios ministerios, entre los que figuran los de Hacienda, Economía y Justicia, para buscar nuevas soluciones al problema social de los desahucios.
Recuerdo al paciente lector que ya hace meses, este Gobierno, llegó a la conclusión de que la mejor manera de resolver el drama social que amenazaba desatarse, como consecuencia del creciente desempleo y el elevado endeudamiento hipotecario de las familias, no era otro que un pacto “deontológico” suscrito voluntariamente por todas aquellas entidades financieras dispuestas a ayudar a sus clientes insolventes.
Las condiciones que en el citado “pacto” se establecían para aceptar la dación en pago de la vivienda, cancelando con ello el crédito hipotecario sobre la misma, resultaban tan excluyentes con la realidad de la mayor parte de los futuros perjudicados, que prácticamente todas las entidades se apresuraron a firmarlo.
Ya entonces algunos manifestamos que, como ya sucedió con lo legislado por el Gobierno Zapatero en su día, dicho acuerdo no resolvía ningún problema, por afectar a una minoría muy marginal, así como por no afrontar el problema en su raíz.
Meses más tarde, la Vicepresidenta, afirma que esta no es una reforma que el Gobierno “quiera aplazar, sino acometerla lo antes posible”, por lo que proceden a crean “un grupo de trabajo” que, supongo, será la antesala de una “Comisión de trabajo”, que redactará “un borrador de propuesta”, y así ad aeternum.
Y es que el paso del tiempo no parece importante para nuestros políticos. Pero con más de quinientos desahucios diarios, según datos de distintos organismos judiciales, y en continuo crecimiento, el drama de la perdida del hogar se suma al de la pérdida de empleo, para cada vez más familias.
Hasta el momento no parece que “el despacito y buena letra” esté sirviendo para “hacer las cosas bien” a este Gobierno.
La futura reforma me temo que llegará tarde y volverá a ser insuficiente, y es que no basta con evitar que con la perdida de la vivienda no se produzca la liberación de la deuda, algo que “castra” económica y moralmente al afectado para el resto de su vida, es preciso preservar, en lo posible, a las familias de la pérdida del hogar.
Algún jurista, o economista, prestigioso y ajeno a la realidad, podría afirmar que ya existen leyes para esto, y es cierto que la actual legislación regula los concursos o quiebras de personas físicas, pero el tratamiento que se da a las soluciones que se plantean no tiene una mirada social sino económica, pues están pensadas para comerciantes, y ni siquiera para los pequeños, que caen en tales situaciones en el ejercicio de su profesión. Por esto, cuando se intenta aplicarla al endeudamiento de una familia, lo que puede notarse es que su lógica interna no tiene manera de dar respuesta a las implicaciones que el estado de endeudamiento severo o de imposibilidad de afrontar las deudas tiene no sólo en las personas sino en la sociedad.
Resulta imposible en la práctica que una familia altamente endeudada acuda a los servicios de un abogado y un procurador, soportando las costas que los actuales procesos conllevan. Tampoco se está en condiciones de soportar, sin gravísimos quebrantos, los plazos actualmente existentes.
Las circunstancias económicas, personales y familiares deben dar lugar a “un plan de saneamiento económico familiar” que garantice la subsistencia de todas las personas que la integren, evitando cualquier situación de exclusión social e inestabilidad psicológica, en especial de los menores y enfermos, al tiempo que garantiza los compromisos de pago a los acreedores, en los términos convenidos. Dentro de estos términos se debe encontrar un acuerdo transitorio por el que la familia abona “un importe razonable” (este sí que se necesita que sea razonable a la realidad económica familiar) por el uso de la vivienda, con expectativa de retomar, en el menor plazo posible, la situación anterior a la de insolvencia. Acceso preferente a colegios públicos – si es que anteriormente acudían a colegios privados -, así como a becas de comedor, libros, transporte público, prioridad para determinados trabajos relacionados – directamente o indirectamente – con el sector público, etc.
Se precisa unos juzgados de conciliación familiar que den el visto bueno a las propuestas que se realicen por parte de familias y acreedores, o que determine los términos de las mismas, en los supuestos de ausencia de acuerdo. También entiendo que resultarán claves los técnicos de Hacienda, dada la información económica con la que cuentan, imprescindible a los efectos de acercarse lo más posible a la realidad de cada miembro de la familia. Su participación, como profesionales cualificados que son, resultaría clave en el asesoramiento a la familia para la elaboración del correspondiente “plan de saneamiento”. Lo mismo cabe decir de algunos profesionales del ámbito de los servicios sociales, integrados en las respectivas Comunidades Autónomas. Y así con todo un desarrollo normativo que agilice los procesos, emitiendo dictámenes, inscribibles en el Registro Civil, en un plazo inferior a treinta días desde su inicio. Sin costes de tramitación.
En cualquier caso no piensen nuestros políticos que esta regulación nace de la necesidad creada por una crisis económico-financiera, más o menos temporal; surge como un instrumento legal imprescindible en la actual sociedad de consumo, y especialmente con un mercado laboral liberalizado, que es lo que parece ser la máxima prioridad – junto con el rescate de las antiguas Cajas – para nuestro Gobierno.
Situaciones generadas como consecuencia de:
a) pérdida de empleo por despido;
b) precariedad de empleo;
c) incapacidad temporal o permanente;
d) enfermedad grave o crónica que implique gastos extraordinarios;
e) separación personal, divorcio o disolución de la sociedad conyugal;
f) fallecimiento de uno de los cónyuges, o del único cónyuge;
g) asunción de gastos imprevistos producto de coyunturas especiales como catástrofes, etc.; y otras no enumeradas aquí, justifican que se legisle sobre dicha situación.
Señores del Gobierno, todas las demás componendas son chapuzas que poco o nada arreglan. No se limiten a buscar el consensuar acuerdos de mínimos, si es que llegar a ser capaces, con la oposición; legislen en beneficio de los ciudadanos, en especial de aquellos que más precisan la protección del Estado; y por favor no se eternicen en su aprobación, si no saben cómo empezar les ofrezco mis servicios. No teman: gratuitos, soy un ciudadano corriente, que intenta vivir de lo que gana trabajando.

11 comentarios

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raymundo Riestra 5 noviembre 2012 17:06

Por lo menos ya has aportado la base de la exposición de motivos de la futura ley de insolvencia familiar o en su caso de la reforma de la ley para contemplar la dación en pago.

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raymundo Riestra 5 noviembre 2012 17:06

Por lo menos ya has aportado la base de la exposición de motivos de la futura ley de insolvencia familiar o en su caso de la reforma de la ley para contemplar la dación en pago.

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Gabriel 5 noviembre 2012 17:17

Enhorabuena José por el planteamiento. En un momento en el que los desaucios y el paro se están convirtiendo en un verdadero problema de estado o se dan cuenta de que lo primero deben ser las personas o entonces el sistema no tiene sentido, y esto desgraciadamente parece ser que todavía no ha ocurrido. Por otro lado, ¿porque no es posible un ente estatal intermedio entre personas y entidades acreedoras?, el banco malo y la aportación a las entidades bancarias sólo soluciona una parte del problema, la otra que es incluso más importante sigue pendiente y creciendo día a día.
Sr. Barta gracias por compartir su opinión con nosotros.

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Carlos Llorens 6 noviembre 2012 11:00

Felicidades José
Por tu brillante enfoque y valientes propuestas en este tema tan vital de la precariedad económica de las familias.
En estos tiempos de permanente incertidumbre y de escasa voluntad y acción políticas, tus reflexiones ayudan a tener fe que es justo, posible y preciso regular una nueva cobertura legal para paliar tantos excesos y despropósitos económicos, en defensa y sustento de la familia.

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Carlos Llorens 6 noviembre 2012 11:00

Felicidades José
Por tu brillante enfoque y valientes propuestas en este tema tan vital de la precariedad económica de las familias.
En estos tiempos de permanente incertidumbre y de escasa voluntad y acción políticas, tus reflexiones ayudan a tener fe que es justo, posible y preciso regular una nueva cobertura legal para paliar tantos excesos y despropósitos económicos, en defensa y sustento de la familia.

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Juan 6 noviembre 2012 17:16

Me parece muy interesante el planteamiento y rfelejaria un pais civilizado.

Algunas dudas que me genera y que no son politicamente correctas:
1. Se puede organizar de tal manera que evite el abuso contrario? (endeudarse sabiendo que luego puedo evitar el mal mayor si impago)
2. Mas importante aun, si los bancos no tienen medio de recuperar el credito (que claramente es de imposible cobro) en el futuro excluiran a las familias mas humildes del credito o se encarecera para ellos sobremanera. Estoy a favor de la dacion como cancelacion total de deuda, pero eso encarecera los creditos (como ocurre en USA) en comparacion a los que tienen garantia personal (tipicos en España).

¿No saldran perjudicadas, con estas medidas, las familias humildes que si estan logrando devolver los creditos?

Gracias por tu blog.

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    pepebarta 6 noviembre 2012 23:17

    Estimado juan
    Creo que la segunda pregunta responde a la primera. Las propias entidades financieras controlan sus riesgos, y lo harán mejor en la medida en que tengan que asumir las consecuencias de sus errores. Pero además el endeudado no queda liberado de pagar, en la medida de sus posibilidades, y su capacidad de gasto se ve absolutamente controlada desde el momento en que incurre en insolvencia. En cualquier caso ojala el problema fuera que un reducido numero de familias se han endeudado inconscientemente, engatusando a las entidades financieras. Digo un reducido numero ya que si es un elevado numero o usted se equivoca de país, o será mejor irnos a otro país.
    Respecto a la segunda, será siempre mucho mejor vivir acorde con las propias posibilidades que tener que vivir por debajo de ellas debido a una inversión disparatada. Que los bancos no dan crédito a las familias humildes ¿por qué? Si son clientes fiables les darán crédito, ya que serán rentables siempre que no sobrepasen su capacidad de endeudamiento. Si no lo hacen aparecerán otros bancos que lo harán, probablemente pequeños, como sucede en Estados Unidos donde este tipo de soluciones es habitual.
    ¿Que no podrán acceder a comprar una vivienda? Depende del precio; probablemente muchas no podrán, por lo que se potenciará el alquiler a precios razonables, o se quedaran vacíos los pisos ¿cuanto cree que resistirán los propietarios de los mismos, sin ingresos y con gastos? ¿Y comenzará a ajustarse el precio del suelo, materia prima de la vivienda, a la realidad económica – capacidad adquisitiva – de sus posibles usuarios. En caso contrario se lo comerán con patatas…Ah, no, perdón, que no me acordaba que nuestros políticos (de derecha e izquierda) han optado por que nos los comamos el resto de los ciudadanos…y sin patatas.
    No se si le he podido aportar más elementos para seguir enriqueciéndome con su debate. Gracias por ello.

      comments user
      Juan 8 noviembre 2012 14:41

      Estimado Jose,

      Yo solo trataba de mostrar un angulo que nadie va a querer sacar a la luz, ya que lo natural y humano es defender al desahuciado. Por supuesto que el sistema de desahucios es mejorable (y asi nos lo ha dicho hoy la CE), ademas la actitud de la banca, mayor benefactor de recursos publicos en esta crisis, es cuanto menos dudosa. Añadido a que muchos de estos creditos la culpabilidad es de algunos directores de oficinas que no pensaron mucho en el cliente (como paso no solo en hipotecas sino en muchos productos bancarios).

      Tratandome de escapar de temas emotivos, he de decir que no estoy de acuerdo en que el credito volvera a fluir a ese colectivo, la banca aplica reglas sencillas (no son capaces de discriminar) y puede que el colectivo (a modo de ejemplo) “mileurista” se vea discriminado en el futuro (y es a ese colectivo al que trato de defender)…la razon es sencilla, estaran “mas cerca” -en una supuesta curva de probabilidad- de la “cola de probabilidad” que le implica a la banca “perder” su garantia en la practica. De hecho, ya que menciona la banca en USA han dejado de prestar a ese colectivo y esas entidades pequeñas estan sufriendo (mas de 100 ya han ido a parar al FDIC -organismo federal que se encarga de su liquidacion-).
      Dicho lo cual, me encantaria llegar a una solucion justa (la actual situacion no lo es) que equilibrase los intereses de todos.
      Un cordial saludo

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pepebarta 6 noviembre 2012 23:17

Estimado juan
Creo que la segunda pregunta responde a la primera. Las propias entidades financieras controlan sus riesgos, y lo harán mejor en la medida en que tengan que asumir las consecuencias de sus errores. Pero además el endeudado no queda liberado de pagar, en la medida de sus posibilidades, y su capacidad de gasto se ve absolutamente controlada desde el momento en que incurre en insolvencia. En cualquier caso ojala el problema fuera que un reducido numero de familias se han endeudado inconscientemente, engatusando a las entidades financieras. Digo un reducido numero ya que si es un elevado numero o usted se equivoca de país, o será mejor irnos a otro país.
Respecto a la segunda, será siempre mucho mejor vivir acorde con las propias posibilidades que tener que vivir por debajo de ellas debido a una inversión disparatada. Que los bancos no dan crédito a las familias humildes ¿por qué? Si son clientes fiables les darán crédito, ya que serán rentables siempre que no sobrepasen su capacidad de endeudamiento. Si no lo hacen aparecerán otros bancos que lo harán, probablemente pequeños, como sucede en Estados Unidos donde este tipo de soluciones es habitual.
¿Que no podrán acceder a comprar una vivienda? Depende del precio; probablemente muchas no podrán, por lo que se potenciará el alquiler a precios razonables, o se quedaran vacíos los pisos ¿cuanto cree que resistirán los propietarios de los mismos, sin ingresos y con gastos? ¿Y comenzará a ajustarse el precio del suelo, materia prima de la vivienda, a la realidad económica – capacidad adquisitiva – de sus posibles usuarios. En caso contrario se lo comerán con patatas…Ah, no, perdón, que no me acordaba que nuestros políticos (de derecha e izquierda) han optado por que nos los comamos el resto de los ciudadanos…y sin patatas.
No se si le he podido aportar más elementos para seguir enriqueciéndome con su debate. Gracias por ello.

    comments user
    Juan 8 noviembre 2012 14:41

    Estimado Jose,

    Yo solo trataba de mostrar un angulo que nadie va a querer sacar a la luz, ya que lo natural y humano es defender al desahuciado. Por supuesto que el sistema de desahucios es mejorable (y asi nos lo ha dicho hoy la CE), ademas la actitud de la banca, mayor benefactor de recursos publicos en esta crisis, es cuanto menos dudosa. Añadido a que muchos de estos creditos la culpabilidad es de algunos directores de oficinas que no pensaron mucho en el cliente (como paso no solo en hipotecas sino en muchos productos bancarios).

    Tratandome de escapar de temas emotivos, he de decir que no estoy de acuerdo en que el credito volvera a fluir a ese colectivo, la banca aplica reglas sencillas (no son capaces de discriminar) y puede que el colectivo (a modo de ejemplo) “mileurista” se vea discriminado en el futuro (y es a ese colectivo al que trato de defender)…la razon es sencilla, estaran “mas cerca” -en una supuesta curva de probabilidad- de la “cola de probabilidad” que le implica a la banca “perder” su garantia en la practica. De hecho, ya que menciona la banca en USA han dejado de prestar a ese colectivo y esas entidades pequeñas estan sufriendo (mas de 100 ya han ido a parar al FDIC -organismo federal que se encarga de su liquidacion-).
    Dicho lo cual, me encantaria llegar a una solucion justa (la actual situacion no lo es) que equilibrase los intereses de todos.
    Un cordial saludo

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José Joaquín-Api 7 noviembre 2012 22:07

Tiene toda la razón del mundo, además es muy fácil solucionarlo, lo incomprensible es porque los políticos no entienden las cosas sencillas, pongo este enlace de un articulo que publiqué hace 16 meses denunciando lo que estaba ocurriendo ya, a pesar de ello han pasado de todo con 5 comisiones de gobierno ridículas. mientras la gente estalla en las calles suicidándose, mayor torpeza e incredulidad imposible, ha tenido que llegar has que informes incluso de la comisión del GPJ, y de fiscales, y ahora jueces decanos, se manifiesten ante tales atropellos por parte de los políticos que no sabe o no quieren modificar la legislación. Lean por favor este articulo con soluciones, estoy preparando otro con más desarrollo y concreción además de criticas ante tales inoperancias. gracias y saludos.
http://www.diarioinformacion.com/opinion/2011/06/23/crisis-vivienda-desahucios/1141429.html

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